Délits flagrants
Raymond Depardon
1994
France
Este documental hace una reflexión acerca del sistema de justicia, y de su automatización. Parece sugerir que la única forma en que la justicia sigue funcionando es mediante la parte humana, aunque también tiene sus defectos. El acusado se convierte en un vendedor, y su libertad es el producto… depende de él venderlo bien, y así que le compren su libertad, o permanezca en ese lugar. Un buen ejemplo de alguien que sabe cómo utilizarlo es la prostituta que es llevada ahí. Otro ejemplo sería el golpeador de mujeres, que incluso se mofa del sistema entre líneas. Depardon, a diferencia de Wiseman, respeta bastante a los sujetos que salen en pantalla, sin meterse con ellos; simplemente los observa a distancia.
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