miércoles, 14 de abril de 2010
Calcutta
Calcutta
Louis Malle
Francia/India
1969
Una ciudad que vive en extrema pobreza. Mas del cuarenta por ciento de sus habitantes viven en una situación denominada por la UNICEF como infra-humana. El documental inicia con muchos hombres bañándose y lavando sus prendas en un río, que contiene aguas tan sucias como negras. Me resaltó mucho que sólo hubieran hombres en aquel lugar. En seguida vemos las calles, que también en su mayoría son hombres. Más tarde se nos explica que en Calcutta, hay dos hombres por cada mujer, debido a que muchos vienen de pueblos, y se dedican a ahorrar a lo largo de veinte años, para poder después volver a su pueblo y ayudar a sus familias que los han esperado ahí. Sin embargo, nos muestra que la mujer es muy activa. Hay protestas políticas lideradas por mujeres. También son un elemento importante en el trabajo. Me sorprendió ver que las mujeres también hacen trabajo de albañilería; una imagen impresionante es ver cómo cargan varias pilas de ladrillos sobre sus cabezas. Vemos las calles llenas de sufrimiento y angustias. Un hombre que decide que su vida no debe continuar se sienta a la mitad de la calle. Los refugios son liderados por religiosas, que recogen gente de las calles, o las reciben de la policía, que se encuentran en condiciones extremadamente desfavorables. Muchos mueren ahí, en su mayoría ancianos. Malle nos muestra también la contra cara de la situación.
Como toda ciudad que sufre de extrema pobreza, también hay gente que vive en condiciones contrarias; unos pocos que tienen mucho dinero y poder. Sus hobbies son jugar golf e ir a las apuestas. Las mujeres también juegan un papel importante en este sector, notándose un poco la igualdad de género. El sector popular, por su cuenta, busca sus propios divertimentos. Son frecuentes las fiestas (que carecen de alcohol) llenas de música y alegría, al igual que las ceremonias, sirviendo un poco como pivote, relajando un poco la presión de la olla a punto de estallar. Las cremaciones son otro tipo de ceremonia pública, hechas en la calle, que no son vistas como eventos traumáticos, sino simplemente como una transición. Las protestas también son frecuentes. En un principio vemos protestas civilizadas, en las que la gente desfila de manera ordenada, y la policía hace sus arrestos sin presentar violencia de ninguno de los bandos. Sin embargo, más adelante, vemos cómo las protestas se vuelven cada vez más agresivas. Cosa que cabe destacar es que las protestas más reprimidas, y que reciben una respuesta más violenta de parte de los protestantes, son en las que participan los estudiantes, que, como vemos a lo largo del documental, juegan un papel muy importante en las ceremonias y actividades sociales.
Me llamó mucho la atención cuando leí que Louis Malle no tenía una intención estética al realizar esta película. Las tomas, si bien no son premeditadas, ni tampoco se nota un tiempo de preparación, tienen una belleza en sí. Los close-ups son muy recurrentes. Lo impresionante es que nunca noté un fuera de foco, sin importar que los mismos eran hechos a personas (o objetos en específico) en movimiento, muchas veces improvisados, de algo que llamó la atención de Malle en ese momento. La habilidad que demuestra para meterse en los lugares más complicados y difíciles es también de admirarse; entra en situaciones de riesgo en gran parte de la película, y lo más sorprendente es que parece no darse cuenta de ello, o más bien dicho, parece no darle importancia alguna. Tiene un contacto directo con los leprosos, y sus formas de sobrevivir. La gente en general piensa que la lepra es un mal limitado a tiempos bíblicos, que ya no pasa. Malle nos menciona que, en ese momento, habían mas de cuarenta mil leprosos viviendo en cuarentena (o mejor dicho, aislamiento), recibiendo realmente muy poca ayuda, sin posibilidad de subsistir por sí mismos, rechazados por la sociedad y viviendo peor que animales. Las vacas, por ejemplo, a pesar de que viven en su propio excremento (que son propiedad de personas no marginadas), viven en medio de los barrios más pobres, ahogando las calles y casas con sus excrementos, en conjunto con las aguas negras.
Las personas aún así pagan renta, que además es muy elevada a comparación del sueldo que reciben, y además tienen que mantener familias muy numerosas. Otro sector también muy alto, pero que a diferencia de los otros sectores marginados, si son respetados, son los ermitaños. Los altos contrastes, irónicamente, funcionan de forma muy efectiva en esta ciudad: los leprosos se distinguen enormemente de las colonias marginadas y de los ermitaños, que a su vez se distinguen de las personas que pertenecen a la clase popular, que a su vez se diferencian enormemente de las clases altas, y, por supuesto, la diferencia, aún más contrastada, aplica si nos saltamos los niveles.
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