domingo, 11 de abril de 2010
Los Amos Locos
Les Maitres Fous
Jean Rouch
Níger/Francia
1954
Este documental nos muestra a una cultura africana lejana, subyugada. Al inicio comienza mostrando las etiquetas con las que cargan cada una de las personas que habitan ahí, dependiendo de que labor desempeñen. La mayoría son inmigrantes, que se centran en una ciudad llamada Accra. Después de presentarnos a la población y sus costumbres, Rouch nos muestra el culto Hauka, que es realizado por un grupo de ellos en una pequeña granja afuera de la ciudad. Ahí vemos como realizan un culto de “posesión”, donde cada uno se libera de sus pecados y pasan a convertirse en algún otro personaje. Cada personaje es peculiar, y con características propias. Para demostrar que ya han entrado en aquel trance, varios de nuestros personajes se someten al fuego directo con una antorcha, mostrando su resistencia al dolor, mientras espuma escurre por sus bocas, y sus ojos se desorbitan. Su forma de caminar se vuelve muy peculiar, y cada uno procede a interpretar su papel de la forma más fiel. En general, vemos figuras de suma importancia coloniales siendo ridiculizadas y parodiadas. Ocupan de palos de madera para fingir que son rifles, mientras cada uno de ellos comienzan con la danza en círculos, que poco a poco se va perdiendo.
Una de las mayores aportaciones de Rouch es la técnica de “cámara en mano”, que además lo hace de una forma admirable. Dentro del rito, la cámara es parte del mismo, sin perder nunca detalle, casi como si participara con ellos. Algo que me llamó mucho la atención fue el excesivo uso de la violencia y sus símbolos derivados de ésta, como lo son los rifles, látigos, fuego y los sacrificios. Es como si fuera una forma de “combatir la violencia con violencia”; como siendo el único momento en el que ellos son los que tienen el poder. Moralmente son mal vistos por la cultura occidental. Hay una parte en la que matan a un perro, lo meten a una olla y con agua hirviendo y se comen los miembros, sacándolos con las manos desnudas; cada miembro del perro teniendo diferente valor. La ironía es que al final todos regresan a sus vidas como lo eran siempre; pero no sin antes haber completado un ciclo.
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