FAKE FRUIT FACTORY

Fake Fruit Factory
Chick Strand
México/E.U.A.
1986





La principal característica de este documental son los detalles; inclusive se podría decir que este documental trata de eso, de los detalles. Con planos extremadamente cerrados, Strand nos muestra los detalles que normalmente no veríamos, y omite los que normalmente si veríamos. Además de contar con una enorme riqueza narrativa, el tratamiento de la imagen es bellísima, con colores muy ricos, planos cuidadosamente compuestos, y una narrativa inusual, que no va a la par visualmente con la auditiva. Si viene cierto que lo más probable es que el audio que escuchamos es directo (aunque es probable que no lo sea), si se separaran cada uno contaría diferentes historias.



El documental trata sobre varias mujeres que se dedican a hacer frutas de cerámica. Lo más peculiar es que llegamos a conocer todo sobre estás mujeres, excepto quiénes son; en ningún momento nos es posible ver sus rostros, ya sea porque no son incluidos en los planos, o porque se ven en el fondo fuera de foco. Las pláticas de las mujeres son “cotidianas”, siendo muy frecuentes los temas con referencia o denotación sexual, acercándonos en cierta forma a lo que alguien podría describir como “pláticas de lavadero”. Strand nos muestra cómo son en el trabajo, pero también nos muestra cómo son cuando no lo están haciendo. Por supuesto, la calidad visual es extremadamente cuidadosa e innovadora. En este documental, Strand maneja los Close Ups a la perfección.