HUMAN REMAINS

Human Remains
Jay Rosenblatt
E.U.A.
1998




Los cinco dictadores más importantes del mundo en el Siglo XX son analizados por Rosenblatt en este documental, sin embargo, desde el punto de vista que nunca se ha hecho: sus vidas personales; humanizándolos, demostrando que también eran humanos. El documental comienza con unas vías sobre un tren en movimiento, como indicando un viaje, o una “transición al infierno”. Comenzamos conociendo la vida de Hitler, viendo cómo era una persona tan diferente a lo que generalmente conocíamos de él, sobre todo en sus actividades normales y habituales. Después vemos a Mussollini, seguido de Mao, Stalin y Franco.

Hay varios detalles de este documental que caben la pena resaltar. Para empezar, el que el discurso verbal se hizo a partir de cartas, escritos y diarios; pero lo más interesante es que se usó tecnología reciente que lee lo que dijeron en varios videos a través de la lectura de los labios. Es interesante que haya decidido usar voces extremadamente parecidas a las originales, como si estuvieran describiéndose a sí mismos, y curiosamente con audio en Inglés sobrepuesto. La imagen no siempre concuerda con el audio; en ocasiones se contraponen, y algunas se complementan y en otras no tienen que ver el uno con el otro. Sin embargo, el lenguaje utilizado, tanto visual como auditivo, fue muy cuidado en el momento del montaje y edición. Al final de cada capítulo, cada dictador nos cuenta cómo murió, siendo también un detalle interesante, al estar hablando de sí mismo. Entre líneas se puede sentir una voz burlona, que se mofa tanto del contenido como del espectador; jugando a invitarlo también a reír con ella. Una fascinación que tiene Rosenblatt es por hacer burla de los sonidos diegéticos recreados en cabina, siguiendo esta línea juguetona que antes mencionaba. Entre cada capítulo vemos a un hombre con una pala, como enterrando al dictador; pero a la vez vemos que lo que mueve con la pala es carbón, como si estuviera echándoselo al fuego. Al final, el documental termina como empezó, con las vías del tren, casi como si se estuviera asegurando de que éstos personajes lleguen a su destino.